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Riobamba aún conserva sus leyendas urbanas

Fabián, de 35 años, recuerda las leyendas que le contaban sus abuelos durante las reuniones familiares. Por eso, esperaba estas sesiones los viernes por la noche, cuando Aurio Cevallos, su abuelo, frente a una cocina de leña le contaba las leyendas más conocidas. Las favoritas eran repetidas vez tras vez sin que nadie se cansara.
El cura sin cabeza, El Luterano de Riobamba, La viuda loca, La silla en el cementerio son algunas historias que todavía permanecen en la cultura urbana de la ‘Sultana de los Andes’.

Es el caso del Jinete sin cabeza, quien, vestido de traje y capa, cabalgaba en la noche por las calles empedradas de la ciudad.
“Se dice que en una ocasión se reunieron varios jóvenes para ver de quién se trataba y descubrieron que era un cura que se había enamorado de una doncella y, como su relación era prohibida, se disfrazó para que nadie le viera cuando la cortejaba”, contó lleno de emoción Cevallos, que ahora narra esas historias para sus 4 hijos.
“Esto es parte de nuestra cultura y no debemos dejar que se pierda.  A mí me encantaba la historia de La silla en el cementerio, incluso fuimos con los niños a verla y todavía está allí”, aseguró.
En esa historia se habla de una pareja de extranjeros que llegó a vivir a esta ciudad. Su amor era incomparable, pues compartían todo.
Con el tiempo ella enfermó y murió. El desconsolado esposo colocó una silla en la tumba de su amada y cada noche iba al cementerio para contarle todo lo que había hecho durante el día.
Sin embargo, la pena terminó por consumirle y falleció. La silla se mantiene apostada entre las tumbas y es parte de la historia del cementerio de Riobamba.
Otros mitos que todavía causan suspenso y miedo en los oyentes son La caja ronca, La llorona, El duende y La casa sola.

Municipio apoya y difunde historia para los jóvenes

Con el propósito de que esta costumbre no se pierda, la Dirección de Gestión Cultural del Municipio de Riobamba realizó obras de teatro con 9 instituciones educativas para difundirlas a los jóvenes.
“Me encantó representar a personajes que dejaron una historia que contar. Investigar y leer sobre el tema nos hace conocer más de nuestra ciudad”,  explicó Michael Lomas, estudiante del colegio Verbo. Esta actividad continuará, aseguró Pablo Narváez, director de Gestión Cultural.
Fuente:lEl Telégrafo | Ecuador.

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